A los enemigos del fútbol :

Hay un tipo de antifutbolero, muy extendido, que hace de su militancia contra el fútbol el argumento máximo para defender su SUPUESTA inteligencia.

jueves, 21 de enero de 2010

Haití

Por



En agosto de 2004, el entonces campeón del mundo Brasil disputó un amistoso en el estadio Sylvio Cator de Puerto Príncipe. Estrellas como Ronaldo, Ronaldinho y Roberto Carlos llegaron hasta la capital de Haití para disputar el llamado “Partido por la Paz”, que culminó con una victoria de la verdeamarela por 6 a 0. En el segundo tiempo, Ronaldinho le regaló a la multitud un gol de antología, donde eludió a cuatro defensores y hasta al arquero rival. Muchos de los que poblaban las tribunas habían accedido allí al canjear armas por entradas para el partido, algo propuesto por la organización. "Unas cuantas estrellas brasileñas de fútbol pueden hacer más para desarmar a las milicias rebeldes que miles de efectivos de las fuerzas de paz", dijo en aquel entonces el primer ministro de Haití, Gerard Latortue. Pero como muchas veces sucede, las estrellas se marcharon, pero la miseria y la violencia no viajaron en ningún avión.

Haití fue el segundo país latinoamericano en lograr su independencia, en 1804. Se trató del primer caso en la historia universal donde una población sometida al sistema de esclavitud logró una emancipación que se mantuvo en el tiempo. Sin embargo, desde su nacimiento como estado libre, Haití sufrió el bloqueo de las potencias esclavistas, con el fin de evitar que otras colonias imiten su ejemplo. A comienzos del siglo XXI, el 80 % de los haitianos vivían en la pobreza, la esperanza de vida era de 57 años y el 90 % de los niños sufrían algún tipo de enfermedad. La renta per cápita del país es la más baja del hemisferio occidental.

Como se ve, Haití conoció el desastre mucho antes del terremoto de 7,8 grados en la escala de Ritcher que azotó al país el pasado 12 de enero y que ya causó cerca de 150 mil muertos. Hoy, miles de haitianos sobreviven a la intemperie durmiendo en calles y plazas. Los cuerpos se acumulan al aire libre, mientras miles de sobrevivientes luchan por acceder a la ayuda humanitaria que llega desde el exterior. Ayuda que siempre será insuficiente ante semejante tragedia. Se derrumbaron hasta la sede del gobierno y la residencia del presidente René Preval, el único en las historia del país que fue elegido democráticamente en 1996 y que logró entregar el poder a su sucesor en 2001. Las dictaduras, la violencia callejera y los golpes de estado son moneda corriente en el país.

Haití es probablemente la única nación caribeña donde el fútbol es el deporte más popular. El terremoto también afectó a los jugadores haitianos. El entrenador de la selección, Jairo Ríos, señaló que desconoce el paradero y la situación en que se encuentran muchos de sus futbolistas. Además, también se derrumbó el edificio de la federación de fútbol del país.

Pese ser el país más pobre de América, Haití puede presumir de ser una de los pocos países del Caribe (junto a Cuba, Jamaica y Trinidad y Tobago) en haber participado de un campeonato mundial de fútbol. En 1974, los haitianos perdieron frente a Italia (3 a 1), Polonia (7 a 0) y frente la Argentina (4-1). En 2006, poco antes del mundial de Alemania, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un organismo que depende de la ONU, repartió televisores y generadores en 25 barrios humildes del país para que sus habitantes vean juntos la Copa del Mundo. “El poder del deporte junto con el milagro de la televisión permitirán unir a las comunidades de los distintos barrios de Haití, donde la paz y la reconciliación son inciertas”, explicó entonces el portavoz de la OIM, Jean-Philippe Chauzy.

Ante la reciente tragedia, el mundo del deporte ha intentado involucrarse en los planes de ayuda. En Australia, los tenistas Roger Federer y Rafael Nadal, entre otros, participaron de un partido a beneficio que recaudó 500 mil dólares. También se comprometieron con la causa el golfista Tiger Woods y el ciclista Lance Armstrong. El próximo 25 de enero, en Lisboa, estrellas del fútbol como Zinedine Zidane y Kaká jugarán un partido para recaudar fondos. Muchos clubes también hicieron lo suyo. En Argentina, River, a través del programa “River Solidario”, recibe en el estadio Monumental agua mineral, leche en polvo y pañales. El club mexicano Pumas de la UNAM entregó entradas gratis a los hinchas que llevaron productos de primera necesidad a su partido del fin de de semana. Equipos españoles como el Mallorca, el Valencia, el Racing de Santander, el Osasuna y el Valladolid realizaron campañas para recibir a alimentos o donarán parte de algunas de sus recaudaciones.

El terremoto mató a 150 mil personas y destruyó un país ya destruido. La comunidad internacional, que siempre olvidó a Haití y su miseria, hoy acude en su ayuda. Porque hasta en este tipo de tragedias, los que más sufren son los países subdesarrollados, menos preparados y más permeables a las grandes catástrofes. A la extrema pobreza y a la habitual violencia de sus calles, Haití le agregó ahora una destrucción casi total y un dolor infinito. Quizás ya sea hora de mirar el problema haitiano con menos indiferencia.

Pelota Afuera

1 comentario:

  1. Es muy triste que lo paises menos desarrolados sufran todo tipo de problemas, desde guerras internas, hambre en la población y los desastres de la naturaleza.

    Saludos!

    ResponderEliminar