Y ahora, algo completamente diferente: un futbolista culto. “Cuando tenía catorce años, vivía con mis padres en Kingsbury, al noroeste de Londres. Tras salir de clase, solía largarme directo a mi cuarto para poner mis discos favoritos. En las paredes tenía posters de todos los grupos que me gustaban: los Clash, los Stranglers, Stiff Little Fingers, Bowie. También tenía un set list de los Lurkers y un enorme poster del Holidays in the Sun de los Pistols. No tenía ni idea de lo que iba a hacer con mi vida (de hecho aun no lo se) y sólo me importaba la música.
Por aquella época, yo no quería saber nada de canciones lentas ni de baladas. Tan sólo buscaba algo rápido y duro para corear y saltar en la cama, con mi bate de béisbol, como un idiota. Complete Control de los Clash era la canción más cruda que conocía; tenía todo lo que necesitaba. Todavía recuerdo a mi antigua novia pidiéndome que apagara aquel ruido. Solía poner White Riot en el vestuario antes de salir a jugar durante mis años en el Forest. Yo era el capitán así que, al fin y al cabo podía hacerlo y Brian Clough tenía que hacer la vista gorda.”
Este delicioso flashback, directo al 77, lleva la firma del gran Stuart Pearce: leyenda del Nottingham Forest y eterno rascatobillos de la selección inglesa. Resulta que Psycho, además de uno de los entrenadores más prometedores del fútbol inglés (el último que ha conseguido que el Manchester City haga algo parecido al fútbol decente) es un reconocido punk rocker e hincha acérrimo de los Lurkers y de los Stranglers. Y para colmo tiene por costumbre ocupar su tiempo libre leyendo algo más que algún bote de champú perdido. Lo dicho, algo completamente diferente.
Por aquella época, yo no quería saber nada de canciones lentas ni de baladas. Tan sólo buscaba algo rápido y duro para corear y saltar en la cama, con mi bate de béisbol, como un idiota. Complete Control de los Clash era la canción más cruda que conocía; tenía todo lo que necesitaba. Todavía recuerdo a mi antigua novia pidiéndome que apagara aquel ruido. Solía poner White Riot en el vestuario antes de salir a jugar durante mis años en el Forest. Yo era el capitán así que, al fin y al cabo podía hacerlo y Brian Clough tenía que hacer la vista gorda.”
Este delicioso flashback, directo al 77, lleva la firma del gran Stuart Pearce: leyenda del Nottingham Forest y eterno rascatobillos de la selección inglesa. Resulta que Psycho, además de uno de los entrenadores más prometedores del fútbol inglés (el último que ha conseguido que el Manchester City haga algo parecido al fútbol decente) es un reconocido punk rocker e hincha acérrimo de los Lurkers y de los Stranglers. Y para colmo tiene por costumbre ocupar su tiempo libre leyendo algo más que algún bote de champú perdido. Lo dicho, algo completamente diferente.
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