Antes de su llegada, ya había un uruguayo que se había ganado a la hinchada de River Plate. Su nombre era Walter Gómez y la gente de River solía cantar en admiración al jugador oriental: "La gente ya no come por ver a Walter Gómez".
Enzo Francescoli Uriarte, El Príncipe para el mundo del fútbol, se inició en el Wanderers de Montevideo. Fue el único club donde Enzo -confeso hincha de Peñarol- jugó en su tierra natal. Desde 1980 -año en que debutó- hasta 1983, Francescoli marcó 20 goles en 74 partidos en Wanderers, y fueron suficientes para que la dirigencia de River pose sus ojos sobre él y se lo lleve a Nuñez.
Antes de hablar de su exitoso paso por la Banda Roja, quiero sincerarme: no vi a Francescoli en su etapa ochentera en River. No vi el golazo a Polonia en vivo y en directo. Por obra y gracia de los videos, este servidor puede juzgar la primera etapa del Príncipe en River.
Sus comienzos fueron algo tibios, River no andaba en sus mejores épocas y la pelea por el título parecía algo lejano. Luego de adaptarse por completo al futbol argentino , en la temporada 85/86, el Enzo mostró su futbol total.
No era algo fácil ganarse un lugar entre los 11, pero un jugador de la calidad del uruguayo no podía estar afuera . Y así fue: clavó 25 goles -el que mencione caprichosamente los goles que hizo el Enzo es por el hecho de que el Principe no se caracterizó nunca por ser un goleador de raza-, fue una de las figuras de la mencionada temporada y se llevó el título a Francia bajo el brazo -la Copa, como no pudo terminar de jugarla, se la mandaron por correo -.
El Enzo fue uno de los estandartes de ese River, y ello le valió ser convocado por la Selección de su país para jugar el Mundial de México '86. En dicho certamen fueron eliminados, en Octavos, por la Argentina de Maradona, siendo vencidos por 1 a 0 .
Francescoli ya contaba con experiencia en la selección uruguaya: fue parte del plantel que obtuvo la Copa América '83.
Un año después del Mundial, jugó nuevamente la Copa América y otra vez volvió a alzar el máximo trofeo de nuestro continente.
Para ese entonces, Francescoli ya estaba jugando en Francia: en la tierra de Miterrand jugó en el Racing Matra y en el Olympique de Marsella -donde dejo un grato recuerdo y además ganó una Liga-.
En Italia su fútbol no fue tan explosivo como lo había sido en Argentina y en Francia. El Príncipe jugó en el Torino y en el Cagliari, donde, en total, jugó 122 partidos y convirtió 20 goles. Su vuelta a River se acercaba.
Y una tarde volvió: en un partido por la Supercopa contra Nacional, el Enzo volvía a jugar en River después de casi diez años.
La segunda etapa del Flaco en Nuñez fue tan exitosa -o más- como la primera: en un partido contra Rosario Central -en 1996- llegó a los 100 goles.
En un partido por la Copa Libertadores de 1997, River se enfrentaba a Racing en el Monumental. En ese partido -que posteriormente River perdió en los penales y quedó eliminado-, Francescoli hizo un gol de antología. Por el sector izquierdo avanza con la pelota y casi adentro del área, con Nacho Gonzalez adelantado- pica de manera exquisita la pelota por arriba del arquero racinguista y marca un tremendo gol .
Después, hay muchísimos más goles increíbles, uno, por ejemplo, de tiro libre a Deportivo Español desde un lugar imposible, o la tarde de los 2 goles a Chilavert en el Clausura '97 que le valió a River alzarse con el (bi)campeonato.
Quizás, su momento de gloria lo vivió cuando obtuvo la Copa Libertadores, tomándose de revancha del '86 donde no había podido festejar con sus compañeros. Francescoli fue el ultimo gran ídolo de River, su paso por Nuñez fue inolvidable, complementado además por la Supercopa de 1997. Y quiero recalcar que no solo hay que reconocer sus talento y condición futbolística, también su valor humano: de los pocos futbolistas respetados por todas las hinchadas.
El Enzo jamás tribuneó, jamás dijo alguna estupidez que lo haga mear fuera del tarro. Nunca recibió puteadas de nadie. No, tampoco de la hincha de Boca. El Enzo no necesitaba mostrar su amor por River en los micrófonos cuando lo demostraba en la cancha. Esa es la verdadera humildad de los grandes.
Enzo Francescoli Uriarte, El Príncipe para el mundo del fútbol, se inició en el Wanderers de Montevideo. Fue el único club donde Enzo -confeso hincha de Peñarol- jugó en su tierra natal. Desde 1980 -año en que debutó- hasta 1983, Francescoli marcó 20 goles en 74 partidos en Wanderers, y fueron suficientes para que la dirigencia de River pose sus ojos sobre él y se lo lleve a Nuñez.
Antes de hablar de su exitoso paso por la Banda Roja, quiero sincerarme: no vi a Francescoli en su etapa ochentera en River. No vi el golazo a Polonia en vivo y en directo. Por obra y gracia de los videos, este servidor puede juzgar la primera etapa del Príncipe en River.
Sus comienzos fueron algo tibios, River no andaba en sus mejores épocas y la pelea por el título parecía algo lejano. Luego de adaptarse por completo al futbol argentino , en la temporada 85/86, el Enzo mostró su futbol total.
No era algo fácil ganarse un lugar entre los 11, pero un jugador de la calidad del uruguayo no podía estar afuera . Y así fue: clavó 25 goles -el que mencione caprichosamente los goles que hizo el Enzo es por el hecho de que el Principe no se caracterizó nunca por ser un goleador de raza-, fue una de las figuras de la mencionada temporada y se llevó el título a Francia bajo el brazo -la Copa, como no pudo terminar de jugarla, se la mandaron por correo -.
El Enzo fue uno de los estandartes de ese River, y ello le valió ser convocado por la Selección de su país para jugar el Mundial de México '86. En dicho certamen fueron eliminados, en Octavos, por la Argentina de Maradona, siendo vencidos por 1 a 0 .
Francescoli ya contaba con experiencia en la selección uruguaya: fue parte del plantel que obtuvo la Copa América '83.
Un año después del Mundial, jugó nuevamente la Copa América y otra vez volvió a alzar el máximo trofeo de nuestro continente.
Misma que volvería a ganar en 1995
Para ese entonces, Francescoli ya estaba jugando en Francia: en la tierra de Miterrand jugó en el Racing Matra y en el Olympique de Marsella -donde dejo un grato recuerdo y además ganó una Liga-.
En Italia su fútbol no fue tan explosivo como lo había sido en Argentina y en Francia. El Príncipe jugó en el Torino y en el Cagliari, donde, en total, jugó 122 partidos y convirtió 20 goles. Su vuelta a River se acercaba.
Y una tarde volvió: en un partido por la Supercopa contra Nacional, el Enzo volvía a jugar en River después de casi diez años.
La segunda etapa del Flaco en Nuñez fue tan exitosa -o más- como la primera: en un partido contra Rosario Central -en 1996- llegó a los 100 goles.
En un partido por la Copa Libertadores de 1997, River se enfrentaba a Racing en el Monumental. En ese partido -que posteriormente River perdió en los penales y quedó eliminado-, Francescoli hizo un gol de antología. Por el sector izquierdo avanza con la pelota y casi adentro del área, con Nacho Gonzalez adelantado- pica de manera exquisita la pelota por arriba del arquero racinguista y marca un tremendo gol .
Después, hay muchísimos más goles increíbles, uno, por ejemplo, de tiro libre a Deportivo Español desde un lugar imposible, o la tarde de los 2 goles a Chilavert en el Clausura '97 que le valió a River alzarse con el (bi)campeonato.
Quizás, su momento de gloria lo vivió cuando obtuvo la Copa Libertadores, tomándose de revancha del '86 donde no había podido festejar con sus compañeros. Francescoli fue el ultimo gran ídolo de River, su paso por Nuñez fue inolvidable, complementado además por la Supercopa de 1997. Y quiero recalcar que no solo hay que reconocer sus talento y condición futbolística, también su valor humano: de los pocos futbolistas respetados por todas las hinchadas.
El Enzo jamás tribuneó, jamás dijo alguna estupidez que lo haga mear fuera del tarro. Nunca recibió puteadas de nadie. No, tampoco de la hincha de Boca. El Enzo no necesitaba mostrar su amor por River en los micrófonos cuando lo demostraba en la cancha. Esa es la verdadera humildad de los grandes.
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