Hay un tipo de antifutbolero, muy extendido, que hace de su militancia contra el fútbol el argumento máximo para defender su SUPUESTA inteligencia.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Los humanos pueden cambiar de partido político, de estado civil, de matrimonio, de rostro, de país, de lengua, de oficio, de religión, hasta de sexo, pero jamás cambiarían el club del que son hinchas.
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